Desde que tengo memoria, el canto ha sido mi refugio. Crecí en un entorno donde el arte y la belleza coexistían con el trauma y el dolor. La voz se convirtió en mi manera de purificar y fortalecer mi capacidad de sostener mi verdad. Fue mi oración más profunda y la herramienta que me ayudó a encontrarme a mí misma.

Canté para transmutar el miedo, para acercarme a Dios, para darle significado a mi existencia, como antidoto a mis enfermedades. Y en ese camino, entendí algo que cambió mi vida: la voz no es solo un medio de comunicación, es un canal infinito de investigación, de sanación, de expansión, de poder personal.
Desde entonces, he dedicado mi vida a ayudar a otros a recordar que cantar no es un privilegio de unos pocos, sino un derecho inherente a nuestra naturaleza. La voz nos completa. Es la llave para encontrar nuestro centro, liberar lo que nos pesa y manifestar lo que anhelamos. 

A través de mi experiencia en anatomía, psicología, música, teatro, filosofía y terapias holísticas, he desarrollado un método que combina la vibración del sonido, el cuerpo y la conciencia para abrir caminos de transformación.. Mi trabajo se materializa en sesiones de musicoterapia activa y receptiva, talleres y clases, retiros, conciertos ceremoniales, y sesiones 1:1, donde cada persona se encuentra consigo misma desde un lugar sagrado: resonante, ritmico y armónico. 
He colaborado con La Magia del Caos, Tribu de Brujas, Banamex, el Encuentro Internacional de Alquimia Vocal, Immersia, entre otros, siempre con la intención de crear espacios donde la voz sea un puente hacia la autenticidad.

Hoy, más que nunca, sé que liberar nuestra voz es recordar quiénes somos. Y si algo puedo ofrecerte en este camino, es la certeza de que tu expresión es tuya. Un derecho de nacimiento.